Saturday, May 20, 2006

CONSULTA 8, Rubén, Hace más de seis meses mi esposa me abandonó...

Hace más de seis meses mi esposa me abandonó, luego de ocho años de casados. Desde que se fue tuvimos contacto por e-mail sólo tres o cuatro veces y yo no puedo superar ni la culpa, ni su ausencia.

Estimado Rubén: me gustaría que, de ser posible, me contara un poco qué pasó con su esposa. Por qué razón se fue, si es la primera vez que ocurre y cuáles son los motivos de su sentimiento de culpabilidad. También sería útil saber si tienen hijos y, en todo caso, de qué edad/es.

Estimada Licenciada: Los últimos tiempos de mi relación fueron de una discusión tras otra. Sólo discusiones: muy fuertes, con mucha agresividad, pero discusiones. Nada más que eso. En los últimos tiempos se despertó en mi esposa un deseo de independizarse, de hacer sus cosas, estudiar, aprender a bailar tango, salir con sus compañeras de trabajo y volver a casa tarde, quedarse doble turno en cursos que realizaba en el Hospital de Clínicas. En una de las discusiones que tuvimos me puso en claro que se había ocupado mucho tiempo de todo, y que ahora quería ocuparse pura y exclusivamente de ella, que estaba cansada de la vida que llevaba y que perdió ocho años de su vida. Cansada de tantas discusiones, y harta de mí, decidió irse. A pesar de que la última noche que pasó en casa le rogué que no se fuese, que si necesitaba pensar todo, me iba yo… Pero se fue igual. A todo esto, hacía tiempo que no dormíamos juntos. En la misma casa pero en camas separadas, y en cuanto a relaciones íntimas hacía muchísimo tiempo que habíamos dejado de tenerlas: ella aducía que se estaba haciendo un tratamiento que le había indicado el ginecólogo y luego de eso que tenía miedo de que le hiciera mal por el tratamiento realizado. Intenté más de una vez pero después de un tiempo ya no. Estuvimos casados ocho años y es la primera vez que se va y, por el tiempo que pasó desde que lo hizo, la última. No creo que vaya a volver. Mi sentimiento de culpa pasa por no haber utilizado el tiempo que perdimos discutiendo y peleando, en tratar de convencerla que no se fuera. Es el día de hoy que me cuesta mucho dormir, sueño permanentemente con ella, y la recuerdo hasta en los mas mínimos detalles, con un inmenso dolor y un inmenso vacío. Hijos no tuvimos. Espero respuesta de su parte y agradezco su atención. Rubén.


Estimado Rubén: creo que su relación se desgastó por el constante clima de tensión en que le tocó vivir. Como una planta que se seca porque le da demasiado viento. Creo que podría hacerle conocer a su esposa los sentimientos que alberga, por si ella quisiera reconsiderar su salida. Aunque por lo que me cuenta, da la impresión de que ella tuviera otra persona. Un “ideólogo” de su partida, alguien que –desde afuera del hogar- la apoyó y, más aún, la instó a acabar con su matrimonio en aras de otra forma de vida.
Es probable que sus sentimientos de hoy se deban al acostumbramiento a convivir con ella y que, en un tiempo más, el dolor se disipe y pueda construir un nuevo vínculo. Sería conveniente que -de ser posible- se tratase psicológicamente como para descubrir los resortes que lo llevaron a quedarse durante ocho años en compañía de una persona con la que se llevaba mal sin pedir ayuda. Como si usted se hubiera querido castigar soportando algo como si fuera bueno, cuando en realidad no lo gratificaba, ni personal ni sexualmente, ni tampoco le permitía tener descendencia.
Insisto en sugerirle que considere su dolor como producto del acostumbramiento y que se trate para conocer más íntimamente qué fue lo que le impidió ser feliz. Cualquiera sea la actitud de la otra persona, los errores debemos buscarlos dentro nuestro porque, al conocerlos, automáticamente se producen los cambios que necesitamos para encarar nuevos rumbos. Lo saludo, espero haber sido útil para usted y vuelva a comunicarse si lo considera necesario. Graciela Berchesi.

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