Sunday, June 25, 2006

ACERCA DE "EL SENTIDO COMÚN"

El compromiso de la enseñanza supone abrir caminos para que fluya un conocimiento práctico y criterioso. Una sabiduría obediente al sentido común.
El sentido común es una fuerza propia de la especie. Hasta podría definirse como el modo propio de lo humano, el aire que nos lleva a evolucionar, en una dirección compartida y a paso lento. Reconoce un camino por transitar a cada miembro de la especie: nos entrega ciertas formas, reglas de juego que nos preservan y, a la vez, nos animan a nuevas experiencias.
El cambio es intrínseco a lo vivo, de allí que su estado natural sea el equilibrio mientras que la seguridad es propia de lo inerte, que permanece inmutable.
Reconozco dos formas en el cambio: lo evolutivo y lo revolucionario. Esto último aparece periódicamente, como una fuerza invitada, y busca sacudir aquellas partes que se han ido quedando atrás. Las moviliza, las adelanta bruscamente y luego se reinstala la marcha lenta hasta el próximo brote revolucionario.

El sentido común es presentado a veces, un poco en broma un poco en serio, como “el menos común de los sentidos”: creo que esto se debe a que si bien nos es dado como propio de la especie, sin embargo para poder emplearlo en el juicio y resolución de situaciones, es necesario haberlo cultivado. Ser educado en el sentido común ayuda a mantener vivo su cultivo a lo largo de los años y permite sumar su fuerza a nuestros pasos.

Si contamos con el sentido común podemos entender los cambios en las costumbres de la sociedad, y acceder por ejemplo a las nuevas formas de relación, que son planteadas invariablemente por los jóvenes. Podemos compartir algunas pautas e intervenir en la modificación de otras en caso de darnos cuenta de que entrañan riesgo. Sin necesidad de prohibir, de coaccionar, de obligar ni someter, podemos dar el ejemplo, persuadir, ordenar mejor, proponer otro modo. Mostrarnos flexibles no nos quitará prestigio ni autoridad. Hacer notar un error en buena forma, ofreciendo alternativas, nos presentará como posibles consultores frente a dudas futuras.

No tengamos temor de ser “los grandes”. La adultez no es una carga. Depende de cómo se la viva. Usted y yo, cuando jóvenes, hemos tenido la oportunidad de conocer a personas mayores que representaban un escollo en la vida de cualquiera y a otras personas, de la misma edad, que lejos de obstaculizar favorecían el desarrollo de los jóvenes con su ejemplo. Su capacidad de contención, su comprensión amplia de las distintas situaciones y sus reiteradas muestras de sabiduría, nos invitaban a acercarnos a consultarles sin temor.
Hoy nos toca ocupar ese espacio. El de los adultos. De los que se supone que aprendieron algo de la vida. No por el mero paso del tiempo, naturalmente. En todo caso, por permanecer alertas.
No importa su oficio, si usted se mantuvo atento a lo que la vida le propuso, si se flexibilizó a las diferentes situaciones que le planteó y no tuvo tanto temor de probar cada vez formas nuevas, si no vaciló tanto en preguntar a otros y pasar a la acción, hoy seguramente representa un referente.
Lo que intento decirle, en suma, es que si se cultivó como persona, animándose a abordar nuevas enseñanzas que lo mantuvieron en actitud de aprendiz, su sentido común habrá crecido y su germen revolucionario se mantendrá con luz.

¿Que ya no somos jóvenes? Es verdad… Estamos en otro escalón de nuestra historia. La adultez, la madurez… No me parece un mal momento, todo depende de cómo se lo viva.
Si estamos para quejarnos de todo, si casualmente caemos en criticar a aquellos a quienes doblamos en edad, si lo que hacen los chicos y los adolescentes nos molesta, si la juventud nos parece equivocada cuando no directamente perdida… Bueno. Creo que tenemos que revisar un poco nuestros modos de pasarla bien, nuestras oportunidades de reunirnos con amigos, el estado de nuestra relación de pareja… Nos conviene consultar con Cristina Soloaga acerca de la imagen mental que tenemos de nuestro cuerpo. O charlar con un psicólogo o psicóloga sobre los sueños que hemos podido cumplir y las posibilidades que tenemos de alcanzar los que faltan
Mientras tanto, puedo dejarle una idea fuerza para completar este mensaje. ¿Qué le parece? Allí va:

ME MANTENGO DESPIERTO

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