Wednesday, May 24, 2006

CONSULTA 12, Roxana: soy divorciada hace cinco años, tengo tres hijos...

Licenciada Graciela Berchesi:
me atrevo a consultarla sobre lo siguiente: soy divorciada desde hace 5 años,tengo 3 hijos, la menor con síndrome de Dawn. Soy padre y madre al mismo tiempo, mi profesión es abogada independiente, tengo todo sobre mis espaldas, su padre no se hace cargo ni afectivamente ni económicamente de ninguno. El mayor, de 25, estudia medicina; la segunda, de 21, ingresa a analista de sistemas y está embarazada, todos contentos,sobre ello. La menor, con sus limitaciones, tiene 17 años y comienza primer año de la secundaria de escuela normal. Mi gran problema es que no sé cómo decir las cosas. Siempre que vengo con una linda propuesta o tema para tratar, termino discutiendo con ellos, y me dicen y recriminan que no sé decir las cosas, que los trato mal, a pesar de que son lo que más quiero en la vida. Sé que a veces les hago mal, estuve en tratamiento por una gran depresión el año pasado, de la cual me siento casi curada, tan es así que me sacaron los antidepresivos y sólo tomo el ansiolítico en menores dosis. No sé qué me esta pasando. Hace tres meses que estoy saliendo con una persona de mi misma edad, quefuimos novios cuando chicos y que nuestras familias se conocían mucho. Yo no lo veía desde hace 30 años. Nos llevamos muy bien, pues nos unen varias cosas como también un hijo discapacitado, pero el sigue viviendo con su mujer a pesar de varia cosas que ella le ha hecho, por dichos de otras personas (no me lo ha comentado nunca él ni yo se lo mencioné que lo sé con lujos y detalles). Es profesional también, y me da siempre sus tiempos. Es médico y no deja de llamarme todos los días, a parte de los días que tenemos para nosotros, que también me llama. Si disfruto de esta relación después de casi cinco años de no tener nadie al lado con quien compartir cosas, ¿por qué sigo con este carácter? ¿Será necesario que me someta a un tratamiento con un psicólogo? Por favor, contésteme qué debo hacer.

Estimada Roxana: creo que el hecho de contar con la presencia de un adulto con quien compartir cosas o, más aún, con alguien que le atrae y le representa gratificación, no significa acabar con todos sus problemas familiares que, por lo que me cuenta, no son pocos. No ligue una cosa con la otra porque no tienen relación.
Tómese tiempo. Vaya lentamente. En un poco más de tiempo irá pudiendo disfrutar más de la relación con su amigo, mezclarla más con su cotidianidad y, seguramente, darse un nivel más alto de calidad de vida. Todo ello contribuirá a que sus dolores –y con ellos sus malos humores- vayan cediendo. Tiene usted todo el derecho a intentar mejorar su calidad de vida y, sobre todo, a tener un compañero, alguien con quien compartir su intimidad.

En lo que respecta a sus hijos, dos de ellos ya son grandes. Tan grandes que bien podrían vivir solos. Cuando esto ocurre, la convivencia con los padres (en su caso con la madre) se hace difícil porque ellos naturalmente desean imponer su criterio y probar a dirigir. Se torna muy difícil compartir las decisiones y aún las conversaciones porque los centros de interés son muy diferentes.

Mientras vivan con usted trate de adjudicarles tareas de responsabilidad para con el grupo familiar. Aunque trabajen y ganen dinero, no les tome una parte a título de contribución. De ese modo ellos irán creciendo en la toma de decisiones y también estimarán con mayor justicia el enorme trabajo que significa llevar adelante una casa. Cuando puedan mantener una casa, aunque pequeña, es preferible que se muden.

Con respecto a la menor, como usted sabe, se trata de apoyarla con afecto para disfrutar sus avances. Si lo cree necesario, vuelva a escribirme. Graciela Berchesi.

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