Sunday, June 25, 2006

CONSULTANTE 23: Horacio, "Creo que tengo un grave problema"

Creo que tengo un grave problema. Lo que pasa es que siento como si no quisiera ir a ningún lado (hasta hace poco pensaba que no sabía adonde ir). O sea, no tengo metas que alcanzar. No me convencen las cosas materiales, estudio licenciatura en física pero estoy como trabado, sin ganas (casi dejo ya un par de veces), y hoy me escapé de un final. Además siento que estoy completamente desligado de mi familia, por culpa de ambos supongo. Salgo con una chica, pero ninguno quiere algo serio, así que tampoco ahí tengo algo para dedicarme. Y me la paso tirado en la cama escuchando radio, o leyendo libros (en los últimos tres meses leí siete). Y la verdad es que no quiero seguir así. Estaba pensando en ir al hospital, y averiguar si existía asistencia psicológica gratuita, y de casualidad la escuché a usted. Tengo 26, y sé que lo que digo parecen cosas de adolescentes, pero es en realidad lo que siento. Me estoy ahogando, asfixiando, por favor dígame algo.

Estimado Horacio: quizá lo que tengo para decirle no modifique su situación en forma inmediata pero, si se anima a pensarlo y a dejar que desde adentro suyo surjan diferentes respuestas, a lo mejor le sirve. Padece usted una crisis de sentido. No sabe para qué vive y nada lo entusiasma ni le gusta lo suficiente como para dejar de adormilarse con la radio o atiborrarse de datos con los libros. Pregúntese valientemente para qué vino a la vida. Cuál cree que es el motivo por el que eligió nacer. ¿Para qué usted? Si le sirve, pregúntese por ejemplo: ¿para qué Mozart? o ¿para qué Charly García? y de ahí vaya deslizándose hasta responder a ¿para qué usted? Quizá no se le ocurra una respuesta en seguida y, en todo caso, es mejor. Pero si sueña (mientras duerme), vuelva a escribirme y nárreme su sueño: trataré de ayudarlo. Me interesa lo suyo porque mucha gente de su edad, a fuerza de que ningún adulto lo conduzca, le sugiera qué hacer, lo escuche, lo anime… no sabe qué hacer ni para qué hacerlo. Es difícil tener su edad hoy, Horacio... Puede creerme. Pero si alguien le ayuda a darse cuenta para qué, qué sentido tiene lo suyo, todo cambiará. En esto también puede creerme. Lo saludo afectuosamente, Graciela Berchesi.

ACERCA DE "EL SENTIDO COMÚN"

El compromiso de la enseñanza supone abrir caminos para que fluya un conocimiento práctico y criterioso. Una sabiduría obediente al sentido común.
El sentido común es una fuerza propia de la especie. Hasta podría definirse como el modo propio de lo humano, el aire que nos lleva a evolucionar, en una dirección compartida y a paso lento. Reconoce un camino por transitar a cada miembro de la especie: nos entrega ciertas formas, reglas de juego que nos preservan y, a la vez, nos animan a nuevas experiencias.
El cambio es intrínseco a lo vivo, de allí que su estado natural sea el equilibrio mientras que la seguridad es propia de lo inerte, que permanece inmutable.
Reconozco dos formas en el cambio: lo evolutivo y lo revolucionario. Esto último aparece periódicamente, como una fuerza invitada, y busca sacudir aquellas partes que se han ido quedando atrás. Las moviliza, las adelanta bruscamente y luego se reinstala la marcha lenta hasta el próximo brote revolucionario.

El sentido común es presentado a veces, un poco en broma un poco en serio, como “el menos común de los sentidos”: creo que esto se debe a que si bien nos es dado como propio de la especie, sin embargo para poder emplearlo en el juicio y resolución de situaciones, es necesario haberlo cultivado. Ser educado en el sentido común ayuda a mantener vivo su cultivo a lo largo de los años y permite sumar su fuerza a nuestros pasos.

Si contamos con el sentido común podemos entender los cambios en las costumbres de la sociedad, y acceder por ejemplo a las nuevas formas de relación, que son planteadas invariablemente por los jóvenes. Podemos compartir algunas pautas e intervenir en la modificación de otras en caso de darnos cuenta de que entrañan riesgo. Sin necesidad de prohibir, de coaccionar, de obligar ni someter, podemos dar el ejemplo, persuadir, ordenar mejor, proponer otro modo. Mostrarnos flexibles no nos quitará prestigio ni autoridad. Hacer notar un error en buena forma, ofreciendo alternativas, nos presentará como posibles consultores frente a dudas futuras.

No tengamos temor de ser “los grandes”. La adultez no es una carga. Depende de cómo se la viva. Usted y yo, cuando jóvenes, hemos tenido la oportunidad de conocer a personas mayores que representaban un escollo en la vida de cualquiera y a otras personas, de la misma edad, que lejos de obstaculizar favorecían el desarrollo de los jóvenes con su ejemplo. Su capacidad de contención, su comprensión amplia de las distintas situaciones y sus reiteradas muestras de sabiduría, nos invitaban a acercarnos a consultarles sin temor.
Hoy nos toca ocupar ese espacio. El de los adultos. De los que se supone que aprendieron algo de la vida. No por el mero paso del tiempo, naturalmente. En todo caso, por permanecer alertas.
No importa su oficio, si usted se mantuvo atento a lo que la vida le propuso, si se flexibilizó a las diferentes situaciones que le planteó y no tuvo tanto temor de probar cada vez formas nuevas, si no vaciló tanto en preguntar a otros y pasar a la acción, hoy seguramente representa un referente.
Lo que intento decirle, en suma, es que si se cultivó como persona, animándose a abordar nuevas enseñanzas que lo mantuvieron en actitud de aprendiz, su sentido común habrá crecido y su germen revolucionario se mantendrá con luz.

¿Que ya no somos jóvenes? Es verdad… Estamos en otro escalón de nuestra historia. La adultez, la madurez… No me parece un mal momento, todo depende de cómo se lo viva.
Si estamos para quejarnos de todo, si casualmente caemos en criticar a aquellos a quienes doblamos en edad, si lo que hacen los chicos y los adolescentes nos molesta, si la juventud nos parece equivocada cuando no directamente perdida… Bueno. Creo que tenemos que revisar un poco nuestros modos de pasarla bien, nuestras oportunidades de reunirnos con amigos, el estado de nuestra relación de pareja… Nos conviene consultar con Cristina Soloaga acerca de la imagen mental que tenemos de nuestro cuerpo. O charlar con un psicólogo o psicóloga sobre los sueños que hemos podido cumplir y las posibilidades que tenemos de alcanzar los que faltan
Mientras tanto, puedo dejarle una idea fuerza para completar este mensaje. ¿Qué le parece? Allí va:

ME MANTENGO DESPIERTO

Un tema para el invierno: EL SENTIDO DE LA VIDA DESPUÉS DE LOS 50

Sin temor a sonar reduccionista, afirmo que la espiritualidad es el sentido que cada quien da a su propia vida. Capaz de revelar una suerte de plan con que cada persona nacería, cuyas partes se irían cumpliendo progresivamente a lo largo de su historia, con el paso del tiempo y el cultivo personal. Asocio siempre ese plan con la profesión o el oficio, con aquello que se hace cotidianamente y configura la columna vertebral de cada día y de todos los días.

Sabrá usted que en la antigua iglesia, cuando se acercaban los catecúmenos (personas adultas que expresaban su aspiración a ser bautizados), en la puerta del templo y como parte de la ceremonia el cura les preguntaba cuál era su nombre y seguidamente para qué habían venido a la vida. El aspirante respondía a la primera pregunta con su nombre de pila y a la segunda con su oficio. Así quedaba configurado lo que hoy conocemos como “nombre y apellido”. El nombre era el del santo del día que había nacido y al que fuera encomendado, y el apellido -como la palabra indica- era aquello para lo cual se lo llamaba, para lo cual su comunidad “apelaba” a él. Por ejemplo Juan Herrero o Simón Ovejero.

Hoy día es bastante más complejo en primer lugar porque la vida dura mucho más tiempo y nadie se limita por lo general a un solo oficio u ocupación. Pero hasta hace sólo treinta o cuarenta años era portador de orgullo y prestigio quien había trabajado en un mismo lugar desde los primeros estamentos hasta los de mayor poder. O quien desempeñaba una y única profesión, desde la juventud hasta la muerte. O quien era panadero, como su padre y abuelo habían sido.

El árbol de los oficios se ha poblado mucho en el lapso mencionado y también –con bastante rapidez- se ha pasado a considerar mejor currículum el de aquel que ha trabajado tres o cuatro años en cada lugar y ha aprendido los resortes y dinámicas de varias empresas o rubros de ellas.

Simultáneamente la expectativa de vida se ha alargado al punto que hoy las personas de ochenta años están buscando qué hacer y las de sesenta se plantean volver a estudiar o incursionar por primera vez en el arte.

Por eso es que insisto con este planteo que me parece que usted debería incorporar para darse otra oportunidad. Para permitirse probar cosas diferentes, aunque no las termine, aunque no se reciba, aunque su plan no sea trabajar de eso toda una vida o tocar el violín en una orquesta famosa. Por el mero hecho de animarse a probar, por la razón nada despreciable de seguir viviendo al ritmo que la vida le propone hoy.

Le sugiero una frase que refleja los conceptos que acabo de compartirle. Pruebe a repetirla cuando la recuerde. Si se anima a poner en palabras lo que siente mientras la dice, escriba un comentario al pie. Le responderé.
Esta es la frase:

TENGO OTRA OPORTUNIDAD

Wednesday, June 21, 2006

CONSULTANTE 22, Mirta: “Creo que necesito una ayuda…”

Lic. Berchesi: Creo que necesito una ayuda ya que me encuentro en una situación que me desespera y me hace impotente ya que siento que tal vez en algún momento pueda cambiarla pero no sé cómo o por lo menos, por ahora, creo haberlo perdido. En realidad no me imagino cómo van a ser mis próximos días, le pido fuerzas a Dios y le cuestiono y a la vez le agradezco la oportunidad que me dio de conocer otras cosas por más que me duró poco. Es un muchacho que de ayer a hoy no me quiere más, pasó de un amor total a u n rechazo repentino que no lo entiendo y él tampoco. No sé cómo seguir, pero espero su respuesta. Gracias, Mirta.

Estimada Mirta: si vuelve a leer su mensaje notará que es como una conversación con usted misma. Nadie que no conozca a fondo el problema entendería gran cosa al leerlo.
Ocurre a veces, cuando la angustia es grande, que nos ensimismamos y desarrollamos verdaderos soliloquios, aún en nuestras tentativas de pedir ayuda. Le rogaría que fuera MUCHO más explícita y me contara QUÉ FUE LO QUE PASÓ, CON QUIÉN, y, sobre todo, cuál es su pregunta acerca de qué.
Le ofrezco la oportunidad de que vuelva a escribirme si lo desea. Cordialmente, Graciela Berchesi.

Comentarios

Ocurre con frecuencia que la angustia nos lleva por sus caminos, ida y vuelta, reiteradas veces. Así nos encerramos en una conversación interior repetitiva e infructuosa que pelea con nuestros intentos de pedir ayuda.

Es útil incorporar el siguiente ejercicio: toma una hoja de papel y un lápiz. Elige una de las dos series de preguntas que siguen y trata de responderlas:

Serie 1

  • ¿Qué pasó?
  • ¿Qué sentí?
  • ¿A qué me hizo acordar?
  • ¿Qué me pasaba en el cuerpo?

Serie 2

  • ¿Qué me está pasando?
  • ¿De dónde proviene esta angustia?
  • ¿Qué personas de mi relación tienen que ver con lo que me pasa?
  • ¿Cuánto tiempo hace que ocurrió la situación que siento como el origen de mi angustia? (si ocurrió una sola vez)
  • ¿Cuándo fue la última vez que ocurrió lo que me provoca angustia? (si sigue ocurriendo)
  • ¿Quién podría brindarme ayuda? (alguien que no esté involucrado en el problema)

CONSULTANTE 21, Alejandra: “Gracias por responder tan rápido…”

Estimada Graciela: antes que nada muchas gracias por contestar tan rápido. Le cuento que mi edad es 28 años, voy a realizar una consulta con una psicóloga para ver como resuelvo mi problema y en cuanto al amor y mi dificultad para encontrar una pareja (ya que nunca la tuve) creo que pasa por que no me considero físicamente linda como para salir con chicos que me gustan. Según mis amigas soy un poco exigente y creo que además de eso en el fondo tengo mucho miedo de sufrir yo sueño con la familia ideal y es un sueño muy fuerte en mí pero, curiosamente, no hago nada para lograrlo. Por ahora me inclino a terminar mi carrera en la que sólo tengo compañeras mujeres y eso no me "ayuda" en este caso.Bueno, volveré a escribirle si usted me lo permite para contarle como me fue. Gracias, Alejandra.

Estimada Alejandra: 1) No sólo las "lindas" tienen pareja. 2) Bien por decidir consultar a una profesional. 3) Póngase en manos de quien la ayude a cambiar físicamente, controlando su adicción a la comida.
Escríbame cuando lo desee. La saludo cordialmente, Graciela Berchesi
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CONSULTANTE 21, Alejandra: “Yo siempre fui una chica gorda desde niña…”

Hola,Graciela: me llamo Alejandra. Mi problema es el siguiente: yo siempre fui una chica gorda, desde niña, pero ahora soy obesa y la verdad es que todas las dietas que realizo fracaso. Muchas veces las hice por complacer a mi madre o a todas las personas que me lo pedían. Aunque también tuve momentos en mi vida sobre todo muy recientes en los que comencé dietas sanas pero, al cabo de un tiempo y a pesar de los buenos resultados, abandono. No sé si es por falta de autoestima o qué, pero es algo que me angustia muchísimo y, la verdad, afecta mi vida aunque yo muchas veces diga que no necesito adelgazar para ser feliz. Ser gorda tampoco me hace feliz: al contrario, siento que muchas cosas perdí siendo gorda como, por ejemplo, ser amada por un hombre ya que jamás tuve novio ( a lo que todos siempre me dicen que si adelgazara -como soy bonita- tendría para elegir). Por favor, espero que me comprenda y pueda contestar mi consulta. Siento que lo que me diga me ayudará muchísimo. Desde ya, muchas gracias.

Estimada Alejandra: creo que la problemática psicológica puede ser uno de los fundamentos de su enfermedad (obesidad). Las gordas no se privan de amar y ser amadas. Hay alguna razón interna por la cual usted no tiene pareja. La obesidad corre por otro carril, aunque en algún punto ambas se tocan.
La adicción a la comida se controla, aunque no se cure. Para ello le recomiendo acercarse a cualquiera de los tres niveles que ofrece el Dr. Cormillot: ALCO que es gratuito, DIETACLUB que se paga poco y la CLINICA CORMILLOT, un lugar caro. En cualquiera de ellos le darán los elementos para su restablecimiento. No vacile en comenzar. Simultáneamente, con la misma celeridad, le recomiendo tomar una consulta personal con un psicólogo/a que le merezca confianza. De ese modo pondrá en marcha un proyecto real de cambio. Si vuelve a escribirme, no deje de incluir el dato de su edad. Saludos, Graciela Berchesi.

CONSULTANTE Alejandra, segundo mensaje: “Muchas gracias por contestar tan rápido…”
Estimada Graciela: antes que nada muchas gracias por contestar tan rápido. Le cuento que mi edad es 28 años, voy a realizar una consulta con una psicóloga para ver como resuelvo mi problema y en cuanto al amor y mi dificultad para encontrar una pareja (ya que nunca la tuve) creo que pasa por que no me considero físicamente linda como para salir con chicos que me gustan. Según mis amigas soy un poco exigente y creo que además de eso en el fondo tengo mucho miedo de sufrir yo sueño con la familia ideal y es un sueño muy fuerte en mí pero, curiosamente, no hago nada para lograrlo. Por ahora me inclino a terminar mi carrera en la que sólo tengo compañeras mujeres y eso no me "ayuda" en este caso.Bueno, volveré a escribirle si usted me lo permite para contarle como me fue. Gracias, Alejandra.

Estimada Alejandra: 1) No sólo las "lindas" tienen pareja. 2) Bien por decidir consultar a una profesional. 3) Póngase en manos de quien la ayude a cambiar físicamente, controlando su adicción a la comida.
Escríbame cuando lo desee. La saludo cordialmente, Graciela Berchesi.

Tuesday, June 20, 2006

Dice CRISTINA SOLOAGA, terapeuta corporal:


En las primeras horas del día vendrá bien una ayudita para ponerte en movimiento. Tantas veces descansás mal, o las horas de sueño no te alcanzan para reponer energía, que sería bueno incorporar entre tus hábitos matutinos una serie de movimientos para encarar el día.

Aquí va, entonces, el A-B-C para el movimiento.

Al pie de la nota te recomiendo un tema:
dejá que la música te invada.

A
En la posición en que te encuentres, tratá de percibir tu cuerpo y comenzá a estirarte. Desperezate con ganas, procurando responder a lo que el cuerpo te pida.



B
En una posición cómoda, comenzá a plegar los brazos por las articulaciones
de los codos. Podés hacerlo con un brazo por vez. Plegás y luego desplegás el brazo: dos movimientos contrarios: plegar y desplegar. Probálo en distintas direcciones. Si la posición te lo permite, plegá las piernas por la articulación de la rodilla. Podés hacerlo con una pierna primero y después la otra. La música te ayudará.



C
Ahora se trata de plegar y desplegar todo el cuerpo. Comenzá por codos y rodillas, al mismo tiempo. Dejá que todo el cuerpo se involucre. Plegá y desplegá tu cuerpo en distintas direcciones.




Música sugerida: "Wave", de Antonio Carlos Jobim.
Intérprete: Ella Fitzgerald



Cristina Soloaga







CONSULTANTE 20, Andrea, tercer mensaje: "Siempre encontraba una excusa para justificarlo..."

Gracias Licenciada, por la comodidad que me brinda para tratar mi problema. Tal como me pidió, hice un análisis. Básicamente las cosas que hice mal en mi relación fueron sobreproteger, hacer papel de madre aunque fuéramos de la misma edad, justificarlo siempre en las cosas que no me podía dar, aguantar que su carrera la haga en 10 años, impulsarlo hasta que rinda sus materias cuando yo -cuatro años atrás- ya me había recibido y trabajaba (soy contadora). Siempre encontraba una excusa para justificarlo: que era medio vago, que no trabajaba, y me decía a mí misma que una vez recibido las cosas cambiarían. Error. Nadie cambia. Hoy necesito una persona que sea fuerte, no quiero ser yo el varón de la relación. Vivo sola, en un departamento chiquito que compre con ahorros de varios años, tuve pequeños/grandes logros, que él no los podía compartir, supongo que porque estábamos viviendo etapas diferentes. Tengo mamá, papá y hermano dos años menor que yo, casado. Me fui a vivir sola justo después de terminar la relación, creo que a la semana siguiente. Me hizo bien aislarme, tener mi propio terreno, para masticar todo esto. Eran muchos sueños por borrar.Hoy ya paso más de un año y, si bien estoy mejor, convencida de que es lo mejor, me siento cada vez más sola porque ningún chico se me acerca. Por otra parte, tengo mucho miedo a fracasar. Disculpe si soy muy extensa, dígame si necesita más detalles. Desde ya estoy muy contenta de poder contar esto, estuve haciendo terapia, pero hace mas de dos meses no voy porque creo que estoy estancada. Ir es hablar obligadamente de mi ex. Por favor, ayúdeme a ayudarme. Gracias, Andrea.

Estimada Andrea: está muy bien hecho el trabajo que le encargué. Me refiero a listar los inconvenientes que usted misma incorporó a la relación y que motivaron en parte la ruptura. Creo que los tiene bastante claros si se fija en la forma como usted me lo planteó originalmente, parece que lo suyo fuera una simple queja sin fundamento.
Con los elementos que me envió mi óptica de su caso varió bastante. Los dichos de su último mensaje dejan ver una comprensión amplia de los errores cometidos, lo cual la llevará seguramente a no incurrir en ellos la próxima vez.
A propósito de “la próxima vez”, no se desespere. Tome en cuenta que cuando la ruptura con su novio se produce, casi contemporáneamente usted abandona la casa paterna. Una actitud muy oportuna por su edad y condición (profesional, con trabajo, con ahorros). Eso llevó a que se produjera un aparente “retraso”, propio de todo crecimiento: siempre que hay un avance real, que trae consigo un crecimiento franco, una ganancia –que en su caso pondríamos en la cuenta “soberanía” ya que gana espacio, y los consecuentes nuevos derechos y libertades al habitar su propia casa- se produce un complementario retroceso con el avance mencionado. El retroceso lo anotaríamos en la cuenta “afectos” o “atractivo personal”. La falta de pareja o defecto en el atractivo personal es producto del primer año de vida en su propia casa y no un error en romper con su ex novio. La ruptura estuvo bien porque era una relación que no le convenía y que, además, como usted misma vio, estaba desequilibrada por la existencia de perspectivas o proyectos de vida diferentes. Modos de ser incompatibles que, tal como usted nota, no cambiarán con el tiempo ni con el cambio de estado civil.
Creo que tiene que afianzarse en su independencia, disfrutar por ahora de su propia compañía. Procure sentir ese disfrute: no está sola porque es desgraciada sino porque está haciéndose grande y puede cada vez más con su solitariedad, que no es soledad.
No quiero ahondar más, me gustaría darle tiempo para “digerir” estos elementos y a preguntarme lo que no entienda acerca de ellos. La saludo con afecto, Graciela Berchesi.


Comentario: Véase ahora con atención lo escueto y lamentoso del primer mensaje. Aún tomando en cuenta que se trata de una primera aproximación, la consultante aparece en una actitud romántica, nada objetiva y hasta adolescente. Mientras que, a esta altura del intercambio, se la ve motivada para reflexionar y capaz de una visión adulta de su problema. Esta visión será la que la acerque a resolver favorablemente su angustia. GB

CONSULTANTE 20, Andrea, segundo mensaje: "Asumir..."

Estimada Dra.: antes que nada quiero agradecerle su respuesta a mi inquietud sobre mi relación anterior, que duró siete años y hace uno se terminó. Como usted dice ,estoy en mi posición de víctima, creo que porque es cómoda, pero realmente quiero enfrentar esto, para poder asumirlo y recién empezar de nuevo. Tengo mucho miedo a entregarme y volver a confiar y, entre otras cosas, no encuentro a nadie atractivo como para que me alucine. Me gustaría que me aconseje sobre cómo asumir lo que me pasa, ya que me veo trabada y además me veo grande. Acabo de cumplir 29, quiero volver a enamorarme. Muchas gracias, Andrea

Andrea: Me gustaría que se animara a escribir una lista de las cosas que usted cree que perjudicaron su relación. Tome papel y lápiz y anote. Al principio le dará un poco de trabajo pero al rato los recuerdos fluirán y podrá usted tener idea cabal de qué fue lo que pasó. Aparte, cuénteme un poco cómo fue la relación y si usted vivió siempre con su mamá durante el transcurso de la misma. Por otro lado, aprovecho para preguntarle si, a su edad, no ha pensado en mudarse a vivir sola, para ir construyendo su propio proyecto. Cuénteme también si ha estudiado, hasta qué nivel y si trabaja y cómo le va en esas cosas.
No se apresure. Construya la lista que le indico con tiempo, sin apuro. Día a día le irán apareciendo nuevos elementos para agregar. Qué fue lo que no anduvo bien. Esa es la pregunta. Seguramente son muchas pequeñas/grandes cosas que irá recordando y anotando. No se apure a contestarme porque el compromiso no es conmigo sino con usted. Tómese tiempo. La saludo afectuosamente y espero su respuesta cuando la tenga. Graciela Berchesi


Comentario: Es importante el uso de técnicas sencillas de concientización. Una lista de cosas que no anduvieron bien, de errores en la propia conducción de la situación, puede ayudar a visualizar con claridad lo que está pasando y, sobre todo, sacar a la persona de la autocalificación de "víctima" que, sin excepción, obnubila el pensamiento impidiendo una visión objetiva. GB

CONSULTANTE 20, Andrea: "duele el amor"

Dra.: quisiera saber cómo hacer para liberarme del recuerdo de un amor que termino un año atrás, ya que no puedo superar y enterrar ese recuerdo ni volver a dejar que otro hombre me sorprenda. ¿Ni todo el daño que este ex novio me hizo puede hacer que deje de quererlo? ¿Cómo se hace para empezar de nuevo?

Estimada Andrea: lo primero que me permito sugerirle es que se sustraiga del ámbito de “la víctima” de lo que ocurrió. Comience por intentar comprender que en una relación de dos personas no hay una que haga daño sin que la otra participe para que ese daño pueda hacerse. Prueba de ello es que confiesa usted -como si fuera una virtud- que no puede "dejar de querer" a alguien que supuestamente la dañó. Observe lo inconveniente de su actitud.
Por otra parte creo que si en el año transcurrido desde que terminó esta relación insatisfactoria aún desconoce usted cuáles fueron las acciones suyas que deterioraron el vínculo (lo prueba el hecho de que usted solamente señala el daño que recibió de la otra persona), quizá no sea todavía el tiempo de comenzar de nuevo. Quizá haya que ser paciente con usted misma: esperar a que se dé cuenta qué fue lo que pasó la vez anterior y, sobre todo, cuáles fueron las partes en que usted se equivocó. De este modo, en una próxima vez no cometerá los mismos errores.
Los errores del otro no los podrá corregir nunca, los únicos que podrá corregir son los propios. Así que, tómese el tiempo que le haga falta para conocerse un poquito más y de ese modo no incurrir en las actitudes que -de su parte- la llevaron a fracasar en su anterior intento.
Saludos afectuosos. No vacile en volver a consultarme si lo cree necesario. Graciela Berchesi.

Sunday, June 18, 2006

CONSULTANTE 19: Aída, autoestima

Estimada Graciela: me acabo de separar y estoy viviendo con mi hija de 19 años. Las dos estamos como que no podemos salir de esta situación. Por favor, agradecería si me das tus sugerencias, nuestra autoestima esta muy abajo, somos un caso difícil.... Desde ya muchas gracias!!!!!Aída

Estimada Aïda: lo primero que tengo que decirle es que su situación de reciente separada le pertenece en forma exclusiva. Su hija no tiene mucho que ver en ésto. A ella nada le cambia de lo sustancial, salvo que su papá y su mamá no viven más juntos. Pero siguen siendo su mamá y su papá y lo serán hasta la desaparición física de uno de ustedes dos o de ella.
No se identifique con la menor y trate de visualizar su verdadera situación. Usted se quedó sin su marido (y su marido sin usted) por la decisión que ambos tomaron. Su hija nada tiene que ver y deje de referirse en plural a una situación que es SINGULAR. De lo contrario, cuando en breve tiempo su hija abandone el hogar paterno -porque ya es una chica grande- se encontrará usted de golpe con la realidad que, por otra parte, resultará entonces mucho más dura.
La saludo cordialmente, Graciela Berchesi.


Estimada Graciela:Antetodo quiero agradecerte tu respuesta, es muy cierto lo que me señalas, tengo que ser mas objetiva...Gracias!!!!!!!Ahora te hago otra pregunta: mi ex esposo cada vez que tenemos un diálogo por asuntos económico-financieros, como quien no quiere la cosa,.me hace saber muy sutilmente que a tal o cual hora tiene que estar en su departamento. Porque espera un llamado, al principio me caía re-mal, ahora estoy más dura y no le llevo el apunte, pero veo que muchas veces lo hace a propósito, decime por qué lo hace....¿es conciente o es simplemente una manera de herir inconcientemente....? Desde ya mil gracias por tu tiempo. Aída

Hola Nelly... lo que tengo para sugerirte respecto a lo que me consultás es que tu ex esposo debe ser ubicado en ese lugar. EX- esposo. Y lo que diga y haga con respecto a su vida sentimental, debe dejarte sin cuidado. Lo hace porque quiere saber hasta dónde te sigue importando y tu respuesta debe ser neutra, que quiere decir que no se te note NADA de lo que sentís. Ni amor ni odio. NADA. Más adelante, si las cosas de él no prosperan, se verá cuál es la actitud más conveniente para vos en caso de recibir cualquier propuesta. Por ahora, manejate como una soltera, como una divorciada.
En las reuniones de asuntos económicos, es conveniente que te hagas acompañar por tu abogado, de manera que él defienda tus intereses y no vos sola. De ese modo también se reducirán los comentarios que pueden herirte. Saludos, Graciela Berchesi.

Saturday, June 17, 2006

CONSULTANTE 18: Analía, "estoy enamorada de un hombre casado..."

Estoy enamorada de un hombre casado. Él dice que me ama y también que soy ¡EL AMOR! Pero no tiene la valentía de dejar lo que tiene por mí y yo no quiero seguir ocupando este triste lugar. Tampoco quiero terminar con la relación, porque sin él es muy difícil. No encuentro la salida.

Estimada Analía: la persona a la que usted ama es “el hombre de otra señora”. Procure comprender profundamente esta realidad y, en la medida que lo logre, se irá liberando de un vínculo que sólo le traerá frustraciones y demoras en su verdadera realización que está allí nomás. La saludo cordialmente, Graciela Berchesi.

Wednesday, June 14, 2006

CONSULTANTE 17, Carmen: "timidez"

Hola, Licenciada: mi nombre es Carmen. Tengo dos hijos, uno de 14 años y otro de 12. Mi consulta es sobre mi hijo mayor, es una persona muy seria, tímida, le cuesta entablar conversaciones, es muy reservado con todas sus cosas, es poco frecuente verlo reír -o llorar- (es como si las cosas no le importaran). Tiene problemas con las "cargadas" en elcolegio, eso lo pone muy mal, es muy tímido en clase y no participa ni habla con los profesores. El año pasado, fui a hablar con la psicopedagoga de la escuela y me dijo que el no tiene problemas escolares y me confirmó lo de su timidez. Yo la escuché a usted hablar sobre la fobia social y en algunos aspectos es bastante parecido a lo que yo veo en mi hijo. En el colegio me recomendaron que hiciera algún deporte de grupo. Cuando consulté con él me pidió hacer básquet: averigüé y cuando tenia todo listo me dijo que no quería ir solo, que no conocía a nadie y bueno… no fue, ni siquiera a la primera clase. Bueno espero me puedan aconsejar algo y perdone por lo extenso de mi mail.

Estimada Carmen: me parece que no está pasando nada de lo que deba preocuparse. Sin embargo, le hago un par de preguntas orientativas (para usted y para mí). ¿Por qué no fue con él a la primera sesión de basquet? ¿Vive el papá con ustedes?
Si lo considera oportuno, vuelva a comunicarse. Saludos afectuosos, Graciela Berchesi.

Estimada Graciela: ante todo, le agradezco su respuesta. Estoy casada hace 15 años, se podría decir que mi matrimonio es muy bueno, gracias a Dios. Mi esposo trabaja y yo estoy desocupada hace tres años, lo que me permitió estar mucho más tiempo en mi casa que antes. Con respecto apor qué no lo acompañé le diré que fue porque no quise forzarlo y tampoco quería que se sintiera mal o lo cargaran con que “la mamita lo llevaba”. Mi preocupación se basa en que él es muy cerrado y cuando le pregunto alguna cosa relacionada con los sentimientos, responde que está todo bien o que no pasa nada. Además, el tema de las cargadas de partede algunos chicos del colegio lo pone mal y sólo me entero después de varios días porque explota y me cuenta. Yo siempre le pregunto por qué se hace tanto problema por lo que le dicen ya que el no tiene ningún defecto físico, tiene una familia unida y que lo quiere. Yo pregunté en el colegio cómo es su conducta y me respondieron que es un chico muy respetuoso, educado, que no da problemas y muy callado.Bueno espero haberme explicado mejor, y nuevamente muchas gracias.

Estimada Carmen: siguiendo la línea de mi mensaje anterior, diría que no hay por qué preocuparse. A la edad de su hijo los chicos ofrecen muchas veces un aspecto de ensimismamiento, inclusive de aislamiento y aún cierta hosquedad. Está en un momento de adaptación transitando desde el grupo familiar hacia el grupo de pares y para algunos esto resulta más fácil que para otros. Le sugiero que converse con el papá para que él invite al muchacho a salir, con algún programa especial que sea sólo para los dos. (Lo mismo puede hacer con el menor si lo desea ya que seguro así lo reclamará). Hacer actividades o paseos a solas con el padre reforzará la estima del muchacho, favoreciendo su crecimiento armonioso. También le permitirá desarrollar la identificación con el modelo masculino que el papá ofrece. Todo esto resultará beneficioso. No deje sus conversaciones con él en las que le pregunta cómo está y si le pasa algo. Hay que preguntar muchas veces para lograr una respuesta pero el trabajo nunca es en vano. Aprender a esperar para entenderlo, como cuando era un bebé y usted, en algunos meses, aprendió a descifrar el lenguaje de su llanto. En caso de que los síntomas que me refiere se agravaran a su juicio, consulte con el médico que lo trata o tome una entrevista con un psicólogo especialista en adolescentes.
La saludo cordialmente y espero que todo vaya bien. Graciela Berchesi.

Dice Cristina Soloaga, maestra de Expresión Corporal...

Tu columna, ¿te sostiene?

Muchas veces te has preocupado por diagnósticos recibidos acerca de tu columna pero, sin embargo, te ha costado ponerte en marcha para mejorar su estado. Todo lo que puedas saber sobre la columna vertebral te ayudará a acercarte a tu cuerpo y aliviarlo. Veamos algunas características generales:

La columna vertebral es un eje óseo formado por la superposición de vértebras. La integran 33 ó 34 piezas que se ordenan en distintas zonas: cervical, dorsal, lumbar y sacro-coxígea. Seguramente ya las conocés porque has leído acerca de ellas y, quizá hasta has sufrido malestares que te impidieron el libre movimiento.

La columna vertebral soporta gran peso del cuerpo y se encarga de transmitirlo a los miembros inferiores: piernas, pies. A eso se debe que el diámetro de las vértebras aumente progresivamente desde la zona cervical hasta la sacro-coxígea, donde es mayor porque soporta más peso.

La columna vertebral no es totalmente recta. Cuenta con varias curvaturas que se presentan en distintos sentidos: de atrás para adelante, hacia un lado y hacia el otro. “Cifosis”, “lordosis” y “escoliosis” son palabras que probablemente escuchaste antes y esos son los nombres de las curvaturas normales que permiten un mejor sostén del peso corporal por parte de la columna vertebral. Si por cualquier motivo las curvaturas resultan exageradas se transforman en patológicas, entorpeciendo la dinámica de la posición erecta.

Buscar la movilidad de las distintas zonas vertebrales mejorará la organización de tu postura. Sufrirás menos dolores y tu cuerpo será más flexible.

Te dejo la pregunta:
Tu columna, ¿te sostiene?

Repará en esto y prestá atención a las respuestas que aparezcan.

La toma de conciencia del estado de tu cuerpo constituye
el impulso inicial para la transformación.

Saturday, June 10, 2006

CONSULTA 16, Adela: "Me dirijo a usted a fin de que me aclare algunas ideas..."

Dra. Graciela: me dirijo a usted a fin de que me aclare algunas ideas sobre mi presente situación, creo que estoy pasando por un duelo de pareja donde estamos separados por una infidelidad de mi marido. Separados a medias, porque vivimos juntos pero dormimos separados. Él nunca puso voluntad en mejorar la situación, en tratar de hacerme sentir querida. Realmente me cuesta explicar mis sentimientos pero me asusta la vejez sola porque, a pesar de que tengo dos hijos que adoro, sé que llegado un momento uno queda solo, pero también creo que no conviene estar a con alguien por el sólo hecho de la compañía. Realmente no sé cómo encarar la situación. Sólo quiero que nadie salga dañado, en especial mis hijos… Pero sé también que para salvarse se necesitan dos y aquí no lo encuentro. Me despido agradeciendo su pronta respuesta.

Estimada Adela: entiendo que su marido está asustado porque la nota de infidelidad la dio él. Ocurre que cuando una pareja entra en lo que se conoce como "infidelidad", en realidad está evidenciando la necesidad de un cambio, una renovación y sale alguno de los dos a pedir ayuda afuera, a una tercera persona. En muchos casos, entre los cuales considero que está el suyo, la ayuda se consigue y la pareja no se separa. Pero hay que superar el prejuicio de lo que socialmente se sigue entendiendo como una falta del que fue infiel. (Si no es claro lo que le expongo, tenga la amabilidad de volver a escribirme o escucharme por radio: al final le doy los datos del programa).
Lo cierto es que ustedes siguen juntos y que si usted le da a su marido una señal clara de que quiere estar con él, a partir de "sanar" lo que LES ocurrió (a los dos, no a él solo), él tomará su gesto como bueno y la relación entre los dos volverá a armarse, fortalecida.
No hay ningún desmedro en querer estar acompañada y mucho menos en querer reconstruir su relación con el hombre con quien tiene una familia y un posible futuro grato por delante. Podría haberle tocado a usted salir a buscar esta "ayuda" de que le hablo y sería lo mismo. Lo que pasa es que los varones están naturalmente dotados para la poligamia y con frecuencia prueban ellos. (Vuelvo a decirle que si no se entiende, me lo pregunte otra vez).
Me detengo a recomendarle que no oiga los malos consejos de amigos y parientes que le hablarán de lo que "él le hizo", de su "dignidad" y otras pamplinas. No se juegue su proyecto de años a los prejuicios de quienes siempre habrán envidiado la permanencia de su vínculo y la calidad de su familia. Recuerde esto que le digo: a veces la gente se pone “más papista que el papa” con la vida de los otros. No haga caso.
La saludo afectuosamente y, le reitero que puede volver a escribirme si lo considera oportuno. Para escucharme (le prometo tratar algo de su tema) tiene que sintonizar AM 770, Radio Amplitud en la trasnoche de los martes, a partir de las doce de la noche. El programa se llama "Los colores de la noche".

CONSULTA 15, Carmela: "Estoy separada hace siete años..."

Hola, Graciela: mi nombre es Carmela. Soy de La Plata. Mi problema es que estoy separada hace 7 años. Tengo un hijo de seis años y mi problema es que no puedo aceptar que lo nuestro se haya terminado. Él no formó pareja y yo tampoco, es como que ya no existe otra persona para mí. Sigo enamorada como el primer día. Nosé qué hacer, ya lo hablé con él y siento que algo siente por mí aunque no se anima a decírmelo pero bueno… Parece que seguirá sufriendo. Me encantaría que me dijera algo acerca de esto que le conté. Le mando un fuerte abrazo. Mi amiga dice que lo mío es como una enfermedad que no puedo pasar llorando siempre por alguien así, pero yo lo amo profundamente.

Estimada Carmela: lo suyo es interesante. No desespere. Se trata de no escuchar a su amiga ni a nadie que pretenda disuadirla de la idea de volver con su marido. Ni siquiera el silencio de él debería hacerla cambiar de idea. Siga su instinto. Llore si tiene que llorar pero, cuando pare de llorar, vaya a buscarlo y coméntele lo que siente, lo que quiere hacer con él y verá sorprendida los resultados de su gestión.
Su vínculo con él está vivo. Cultívelo, cuidando "las malezas" que lo atacaron la vez anterior (padres, parientes, amigos, compañeros, falta de dinero, falta de diálogo, rutina, desesperanza, etc.)
No vacile en volver a escribirnos si lo cree necesario. La saludo afectuosamente, Graciela Berchesi

CONSULTA 14, Luisa: "¿Qué se puede hacer para volver a creer..."

Estimada Dra.: ¿Qué se puede hacer para poder volver a creer en algunoshombres después de haber pasado tanto tiempo soportando mentiras? Por ejemplo, por los últimos novios que he tenido, me cuesta creerle a la persona con la que ahora salgo. ¿Qué puedo hacer? Gracias por responderme.

Querida Luisa: le sugiero prestar atención a los hechos y no a las palabras. Recuerde que el principal mecanismo de seducción del varón es la palabra y recuerde también que cuando seducimos nunca decimos toda la verdad. De modo que si se entrena en observar los hechos que esta persona lleva a cabo respecto de usted misma y de la relación, estará cada vez más cerca de recibir las satisfacciones que espera.
También tome en cuenta que nadie es engañado sin colaborar con el que engaña, aunque sea en una pequeña medida.
No sé dónde reside usted pero estoy organizando un grupo de jóvenes de entre 16 y 22 años, donde se hace trabajo corporal y trabajo psicológico. Es completamente gratuito y las reuniones serán una vez por semana en el barrio de Almagro. Quizá pueda resultarle interesante. Si es así, hágamelo saber. La saludo cordialmente, Graciela Berchesi.

Thursday, June 01, 2006

¿CUÁNDO ES EL MOMENTO DE CONSULTAR A UN TERAPEUTA?

¿HASTA DÓNDE ME LLEGA LA ANGUSTIA?

Vista desde las antiguas escuelas de medicina[1] podría decirse que -como cualquier enfermedad- la ANGUSTIA migra por el cuerpo de abajo hacia arriba, buscando los tejidos nobles con destino a la cabeza.
Me permití imaginar ese camino representando simbólicamente cada parte del cuerpo, con el fin de configurar una herramienta práctica para descubrir síntomas de carácter físico y emocional que nos permitan saber cuándo estamos angustiados y consecuentemente tomar la decisión de consultar para pedir ayuda.

Comencemos “el viaje” imaginando que la angustia está a la altura de nuestros

PIES:
Experimentaremos dificultad para caminar y hacer gimnasia. Poca disposición al movimiento físico. Baja capacidad de acción, dificultades a nivel del trabajo y la productividad.

PELVIS:
Las relaciones sexuales van desapareciendo de nuestra vida. Tenemos problemas con familiares.

ABDOMEN:
Tenemos problemas digestivos. Funcionan mal los intestinos, aparecen náuseas frecuentes o vómitos que no pueden atribuirse a lo que comemos. Sentimos miedo, rabia o tristeza reiteradas e incontenibles. Nos enojamos a cada rato y luego sentimos culpa. Los miedos crecen e impiden hacer cosas. Con frecuencia nos encontramos llorando por nosotros mismos.

TÓRAX:
Sentimos que el ritmo respiratorio y el ritmo cardíaco se alteran con facilidad. Experimentamos ahogos o espasmos bronquiales. Taquicardias que nos dan miedo y sensación de peso en el centro del pecho.

CUELLO:
Sentimos ahogos y dificultad para tragar. Somos exageradamente autocríticos y autoexigentes. El sentimiento de culpabilidad está siempre presente y es intenso.

BOCA:
Comemos, bebemos o fumamos de más. Nos cuesta estar en silencio. No disfrutamos de nada o casi nada. Nos reímos poco y casi nunca a carcajadas.

NARIZ:
Con frecuencia tenemos “mala cara”, el ceño fruncido y expresión de desagrado.

OJOS:
No concurrimos a ver nada que pueda gratificarnos: muestras de arte, cine, teatro, recitales. Leemos poco, sólo lo que es obligatorio.

CABEZA:
Nuestras ideas son negativas. Tenemos fantasías de muerte, propia o de los que quiero. No duermo bien.
[1] como la homeopatía, la medicina ayurveda, la medicina china tradicional y aún la antroposofía basada en el pensamiento de Rudolf Steiner.